Objetivo 1: Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.
Es fácil ver la relación del agua con el Objetivo 1, pero además es que se trata de una relación que crea un círculo vicioso: “La pobreza es un factor de la degradación de los servicios de agua y saneamiento –explica a RETEMA Gonzalo Delacámara, investigador del instituto IMDEA Agua- pero a la vez, la falta de agua y saneamiento es un factor para explicar la pobreza”.
Objetivo 2: Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible.
La relación del agua con el Objetivo 2 también es evidente: el agua es clave para producir alimentos, tiene una enorme importancia para su seguridad y es uno de los aspectos centrales a la hora de diseñar una agricultura sostenible. Según los cálculos de la FAO, para alimentar a toda la población mundial en 2050 la humanidad debe ser capaz de aumentar la producción de calorías en un 69%. Lograr esa cifra y cumplir con el Objetivo 2 requerirá multiplicar la producción de alimentos, lo que supone una mayor presión sobre los recursos hídricos.
El agua es clave para producir alimentos, tiene una enorme importancia para su seguridad y es uno de los aspectos centrales a la hora de diseñar una agricultura sostenible.
Objetivo 3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.
La importancia del agua en la salud pública que es a lo que está dedicado el Objetivo 3 es directa. “En el momento en el que proporcionas a una persona saneamiento, los niveles de morbilidad y mortalidad prematura descienden drásticamente”, asegura Delacámara. Y Carlos M Gómez pone un ejemplo histórico: “Está demostrado que la esperanza de vida en Europa creció de manera muy rápida cuando se produjo el saneamiento de las ciudades. Por ejemplo, el canal de Marsella se suele asociar con un aumento de veinte años en la esperanza de vida de los habitantes del sur de Francia por todo lo que supuso para el abastecimiento y el saneamiento, es decir, garantía de agua de calidad”.
Y los datos actuales de la OMS con claros: “Unos 297.000 niños menores de cinco años mueren anualmente debido a enfermedades diarreicas relacionadas con malos hábitos de higiene. Los servicios deficientes de saneamiento y la contaminación del agua se vinculan también con la transmisión de enfermedades como el cólera, la disentería, la hepatitis A y el tifus”.
Objeto 4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
Aunque en principio es más difícil ver la relación del agua con el Objetivo 4, las instituciones internacionales dedicadas a la educación llevan años resaltando esa relación. En el mundo hay 200 millones de niñas y niños sin escolarizar y en una buena parte esa falta de asistencia a los centros educativos está relacionada con la carencia de agua. “En los países del sureste asiático como India o Bangladesh, -explica Gonzalo Delacámara-, es muy frecuente que cuando las niñas tienen su primera menstruación abandonen la escuela o, al menos, dejen de ir una semana al mes porque no tienen acceso a servicios de saneamiento, no tienen un baño privado y con las suficientes garantías de higiene y seguridad para poder atender sus necesidades menstruales”. Solo el 65% de los colegios de todo el mundo tienen instalaciones adecuadas de saneamiento e higiene lo que quiere decir que el 35% carece de ellos. Este dato además puede aumentar más aún los problemas de asistencia a la escuela en medio de la pandemia en la que la forma de impedir el contagio es que los niños se laven las manos con frecuencia.
Objetivo 5: Lograr igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
En relación con el Objetivo 5 hay, al menos, dos situaciones relacionadas con el agua que acrecientan la desigualdad de género. Por una parte está el hecho de que en todo el mundo, las que acarrean el agua hasta los hogares son las mujeres y las niñas, dedicando a esta tarea muchas horas al día. Y además, según asegura Gonzalo De la cámara: “En países del sureste asiático, como India y Pakistán, se produce un índice de agresiones sexuales a las mujeres bastante alto también relacionado con la falta de agua y saneamiento. Como no tienen servicios, esperan al final del día para defecar y van a quebradas o laderas. Y en ese momento se producen muchos ataques sexuales”.
Objetivo 6: Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos.
El Objetivo 6 es el dedicado directamente al agua. Está compuesto por ocho metas que abarcan desde proporcionar un acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible para todos hasta poner fin a la defecación al aire libre a la que en la actualidad están obligadas mil millones de personas; reducir la contaminación y mejorar la calidad del agua; asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua dulce; proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos bosques, montañas, humedales, ríos acuíferos y lagos; ampliar la cooperación internacional y el apoyo prestado a los países en desarrollo para la creación de programas sobre agua y saneamiento y apoyar a las comunidades locales en la mejora de la gestión del agua y el saneamiento.
REVISTA RETEMA
ESPAÑA
Leer en familia estos artículos
ResponderEliminarY comentarlos para que se conozcan
Los ODS