viernes, 14 de octubre de 2022

jueves, 13 de octubre de 2022

Foro vía WhatsApp: Educación para el Desarrollo Sustentable, Para enfrentar los desafíos urgentes y dramáticos a los que el planeta esta conformado. #11Oct

El 11 de Octubre realizamos el Foro vía WhatsApp: 

Educación para el Desarrollo Sustentable, Para enfrentar los desafíos urgentes y dramáticos a los que el planeta esta conformado.

Con una asistencia de 921 participa 

Presentador Economista Juan Delgado 
   

Ponente Prof. Aracelis Arana
   



  

   

   

   

   

















martes, 11 de octubre de 2022

El desperdicio de alimentos contribuye al aumento del hambre en el mundo, @EcoAvant

El desperdicio de alimentos en los hogares, los establecimientos minoristas y la industria de servicios alimentarios asciende a 931 millones de toneladas cada año. Casi 570 millones de toneladas de este desperdicio se producen en los hogares. La media mundial de alimentos desperdiciados cada año es de 74 kilogramos por persona


La agencia internacional de ayuda humanitaria World Vision ha pedido un compromiso global para detener el desperdicio de alimentos que, según advierte, está estrechamente relacionado con el aumento del hambre en el mundo y el cambio climático. Así lo ha reclamado con motivo de la celebración, este jueves, del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos.

"Estamos asistiendo a un círculo vicioso que debe romperse", ha explicado la coordinadora de comunicación de World Vision, Eloisa Molina, al tiempo que ha añadido que "los gases de efecto invernadero se generan en cada paso del sistema de suministro de alimentos, independientemente de que los alimentos producidos se consuman, y los residuos de alimentos que se pudren en los vertederos generan metano, un potente gas de efecto invernadero".

Mientras tanto, desde World Vision avisan que las familias más vulnerables del mundo son las que sienten los mayores impactos al tener que vivir fenómenos meteorológicos provocados por el clima, y luego sufrir las consecuencias del desperdicio de alimentos.

"Millones de niños de todo el mundo sufren un clima inestable que provoca fenómenos meteorológicos extremos como sequías e inundaciones. Esto amenaza sus hogares y su seguridad, pero también daña los cultivos y afecta gravemente a su acceso a los alimentos. Al mismo tiempo, los impactos del cambio climático se ven agravados por la pérdida y el desperdicio de alimentos", advierten desde la ONG.

74 kg de alimentos desperdiciados por persona y año

Según la ONU, el desperdicio de alimentos en los hogares, los establecimientos minoristas y la industria de servicios alimentarios asciende a 931 millones de toneladas cada año. Casi 570 millones de toneladas de este desperdicio se producen en los hogares. La media mundial de alimentos desperdiciados cada año es de 74 kilogramos por persona.

Tal y como afirma Eloisa Molina, "si la pérdida y el desperdicio de alimentos fueran un país, serían la tercera fuente de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial". A su vez, señala que la crisis climática es una de las principales razones por las que más de 800 millones de personas pasan hambre.

"Es moralmente reprobable que en un momento en que los niños y niñas corren el riesgo de morir de hambre, millones de toneladas de alimentos se desperdicien a diario. Se trata de una situación de crisis que sí tiene solución; pero hay que actuar ya", ha remarcado.

Por ello, World Vision pide que los gobiernos y los productores inviertan en hacer más eficientes las cadenas de suministro de alimentos; que los gobiernos ayuden a los consumidores a minimizar el desperdicio de alimentos y que los consumidores hagan todo lo posible para utilizar todos los alimentos que compran.

Tomado de:

Dudosas actitudes verdes, por @elCorreoWeb


por MANUEL BELLIDO

No hay táctica o estrategia política que en la actualidad no pase por reclamar o prometer la necesidad de liberar la humanidad de la tiranía de la pobreza y al mismo tiempo proteger el planeta y el medio ambiente. Retórica y eslóganes relacionados con ambos temas permean los discursos de líderes mundiales o locales para suscitar emociones, miedos y esperanzas y poder ganar apoyo popular y un puñado de votos. Parece que no hablar de llevar al mundo por el camino de la sostenibilidad y la resiliencia es estar fuera de onda. El quid de la cuestión es si se trata solo de demagogia o existe sincera voluntad de adecuar instrumentos y programas para la consecución de dichos objetivos. El panorama me plantea cuatro cuestiones prácticas que en parte no tienen respuesta.

La primera cuestión o pregunta que me hago es sobre si las Administraciones Públicas, sus dirigentes y el ámbito político en general, desde la sinceridad y la honradez, son conscientes de verdad del deterioro de las condiciones de vida del planeta, del inminente Cambio Climático y de las desigualdades que el hambre y los conflictos bélicos están provocando al interno de las comunidades grandes o pequeñas y entre países. Organismos internacionales como la FAO, nos recuerdan a diario que las condiciones de las personas más vulnerables empeoran exponencialmente. El actual modelo económico cuando consigue producir crecimiento sigue ofreciendo beneficios sobre todo a las franjas más ricas. Ni los mecanismos culturales ni económicos dominantes parecen estar en grado de resolver los problemas que estos mismos han contribuido a crear y agravar.

La segunda cuestión es si la comunidad internacional, enfrascada hoy en mil tensiones geopolíticas, está en grado de encontrar puntos comunes y una convergencia necesaria para desarrollar iniciativas comunes. Los espacios multilaterales internacionales como Naciones Unidas están hoy muy debilitados, desunidos y gozan de un gran descredito, otros como la UE, el G7, el G20 viven sus encuentros como una partida de ajedrez donde cada estado trata de exhibir su poder, evitando el jaque mate de perder influencia política o económica.

La tercera cuestión es si hay o no vuelta atrás en la clara subordinación actual de los poderes políticos a los económicos. La tendencia in crescendo es la imagen de las grandes multinacionales y en general de los poderes económicos ocupando espacios que en el pasado ocupaban los Estados. Un peso, el de las empresas globales sin contrapeso opuesto, para poder así alcanzar un equilibrio lógico en la división de poderes.

La cuarta cuestión es el creciente Greenwashing en Administraciones Públicas, instituciones y empresas, que elaboran estrategias de marketing vendiendo una idea de sostenibilidad cuando en realidad lo que hacen no siempre cumple con esa imagen exterior que observamos. Como sabemos, el concepto Greenwashing («Green» «verde» + «washing» «lavado») es utilizado para esconder las malas prácticas que algunas instituciones, gobiernos y empresas realizan cuando presentan un servicio, producto o propuesta como respetuoso ante el medio ambiente y ante las personas, aunque en realidad no lo sea.

Miedo me dan algunas “actitudes verdes”.

Tomado de: