La economía circular es un nuevo modelo de producción y consumo que garantiza un crecimiento sostenible en el tiempo. Con la economía circular promovemos la optimización de recursos, la reducción en el consumo de materias primas y el aprovechamiento de los residuos, reciclándolos o dándoles una nueva vida para convertirlos en nuevos productos.
El objetivo de la economía circular es, por tanto, aprovechar al máximo los recursos materiales de los que disponemos alargando el ciclo de vida de los productos. La idea surge de imitar a la naturaleza, donde todo tiene valor y todo se aprovecha, donde los residuos se convierten en un nuevo recurso. Así, se logra mantener el equilibrio entre el progreso y sostenibilidad.
Hasta ahora hemos aplicado modelos de producción lineales, es decir, extraemos, producimos, consumimos y desechamos. La sociedad en la que vivimos hace que el ritmo de consumo se esté acelerando, se trata de un modelo rápido pero poco sostenible para el planeta.
La economía circular establece un modelo de producción y consumo más sostenible, en el que las materias primas se mantienen más tiempo en los ciclos productivos y pueden aprovecharse de forma recurrente, procurando con ello generar muchos menos residuos. Como su propio nombre indica, la esencia de este modelo radica en que los recursos se mantengan en la economía el mayor tiempo posible, promoviendo que los residuos que generamos puedan servir de materia prima para otras industrias
¿Qué beneficios tiene la economía circular?
Reduce las emisiones, minimiza el consumo de recursos naturales y disminuye la generación de residuos.
Beneficia la economía local
Puede beneficiar la economía local al fomentar modelos de producción basados en la reutilización de residuos cercanos como materia prima.
Fomenta el empleo
Estimula el desarrollo de un nuevo modelo industrial más innovador y competitivo, así como mayor crecimiento económico y más empleo.
Favorece la independencia de recursos
La reutilización de los recursos locales puede favorecer una menor dependencia de la importación de materias primas.
Casi todos conocemos la regla de las 3R, esenciales para el desarrollo sostenible y conservar el equilibrio ambiental: reducir, reutilizar y reciclar. Es decir, lo que se obtiene de la naturaleza vuelve a ella al agotar su vida útil, de una manera cíclica y respetuosa con el entorno. Pero ¿sabías que hay otras cuatro reglas? Estas 7R son los pasos necesarios para alcanzar una economía circular:
Rediseñar: pensar y diseñar los productos de modo que su proceso de fabricación consuma menos materias primas, se alargue su vida útil y genere menos residuos (o al menos residuos que sean más fáciles de reciclar). De este modo se incrementa la protección al medio ambiente.
Reducir: cambiar nuestros hábitos de consumo hacia un modelo más sostenible. Si reducimos el consumo, se evita la generación de residuos, el gasto de materias primas y, por lo tanto, se reduce el impacto en el medio ambiente.
Reutilizar: usándolos de nuevo o dando otra utilidad a los productos alargamos su vida útil.
Reparar: hasta ahora, cuando un producto se estropeaba tendíamos a reemplazarlo. Sin embargo, repararlo no solo es más económico, sino que evita el uso de nuevas materias primas, ahorra energía y no genera residuos al medio ambiente.
Renovar: actualizar objetos antiguos para que se puedan volver a utilizar como vintage, como por ejemplo los muebles.
Reciclar: promover las mejores prácticas en la gestión de los residuos y utilizar aquello que sea posible como materia prima para la fabricación de nuevos productos.
Recuperar: dar nuevos usos a productos que se van a desechar, como por ejemplo, utilizar las botellas de plástico para crear sistemas de riego, maceteros o comederos de aves.
La economía circular en Repsol
Desarrollamos proyectos circulares a lo largo de toda nuestra cadena de valor que va desde la producción de energía y la obtención de materias primas hasta la comercialización de productos y servicios más sostenibles. Contamos con una estrategia de economía circular basada en cuatro ejes.
Nuestros complejos industriales se están adaptando para utilizar múltiples residuos de diferentes orígenes como materias primas para convertirlos en combustibles y materiales más sostenibles.
La ambición es utilizar tres millones de toneladas anuales de residuos y mitigar más de siete millones de toneladas de CO2 al año en 2030.
Actualmente estamos analizando más de 40 tipos de residuos y tecnologías, para asegurar la producción de biocombustibles avanzados y materiales petroquímicos circulares.